La humanidad, es decir, la mayoría de los hombres, siempre ha estado en contra de los que quieren el bien, pues la masa no es buena ni mala, sino ante todo indolente, y no hay nada que odie tanto como las llamadas a su conciencia. Los que llevan a cabo el desarrollo hacia algo más elevado, hacia la superación del egoísmo y la desidia son siempre individuos, nunca mayorías. (Hermann Hesse)
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